Durante cierto tiempo le saqué fotos a los hombres que se cruzaban conmigo en la calle o en un bar y sin conocerme me vomitaban una suerte de opiniones sobre mi cuerpo, sobre mis expresiones, sobre mi sexualidad y sobre todo lo que me querían hacer sin mi consentimiento. No les importaba ni cómo me estaba sintiendo ni la ausencia de mi permiso ni nada. Yo, para ellos, era una cosa a su disposición.
La escena solía ser esta:
El hombre se violentaba conmigo y seguía su camino (porque usualmente el fin no es el levante sino sentir aunque sea por un rato que tienen el poder), en ese momento yo me daba vuelta mientras sacaba la cámara que tenía siempre a mano guardada en algún bolsillo a la vez que les decía "Disculpá, me dijiste algo? No te escuché", el hombre giraba hacia mí y yo le disparaba.
Sus respuestas eran variadas, algunos se burlaban, otros me insultaban, otros negaban haberme dicho algo y me trataban de loca, algunos posaban cancheros y otros trataban de ocultarse o empezaban a caminar rápido huyendo de la situación.
Trabajo inspirado en "Fully Automated Nikon (Object/Objection/Objectivity)" de Laurie Anderson - 1973








