PARAR luego de más de veinte años de no hacerlo no incluye parar.
Desarmé la capa exterior de presión y responsabilidad sin lograr aún que estas dejen de habitarme en otros niveles. Mi autoexigencia, mis frustraciones, mi cansancio, están linkeados con mandatos que intervienen en mí desde hace cuatro décadas, con el "ser para otres", con el juego permanente de la evaluación interna/externa. Cuerpo y mente me pasan factura, y tan sólo pensar en que debería trabajar en el tema, que este es el momento para hacerlo me resulta denso (incluso teniendo las herramientas para ello).
Mientras trato de confiar en mi alquimia, parar para ver dónde estoy parada es un arduo y agotador trabajo diario. 
Y sí, una responsabilidad.


Acción performática realizada en mi último día de trabajo en relación de dependencia. La documentación utilizada en esta acción pertenece a los últimos 3 años de trabajo administrativo realizado en este último empleo, en el cual estuve 14 años.

*Colaboración: Chechar Melo
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